martes, 29 de noviembre de 2011

HOY COMEMOS CON DIEGO URDIALES

Artículo escrito por Pablo García-Mancha en diario La Rioja

Diego Urdiales: «No hay nada como la tortilla de patata que hace mi madre»

Foto: Miguel Herreros
Diego Urdiales lo tiene claro: «Lo que más me gusta de la cocina es la tortilla de patata que hace mi madre; es realmente insuperable y además consigue algo excepcional, siempre está igual de deliciosa». Así habla el torero riojano, que ha elegido el restaurante ‘Sopitas’ de Arnedo para explicar su relación con el mundo de la comida, la gastronomía y el vino: «Me encanta este lugar por muchas cosas; obviamente por lo bien que se come, –que está fuera de toda duda– pero además por lo especial que es su arquitectura. La gente se queda realmente sorprendida al entrar y comprobar que se trata de un caño de una vieja bodega, de una auténtica cueva en la montaña. Uno de los socios, Demetrio, me ha contado que este lugar donde estamos comiendo es un lagar donde antiguamente se elaboraba vino». El diestro arnedano no tiene reparos en declarar su amor por la enología: «Soy un amante del vino. Además, cada día me gusta más, me encanta sorprenderme con nuevos matices, aromas y colores. Me dicen que soy un punto clásico porque me gusta el crianza, pero creo que suele ser el modelo de vino que más se ajusta en su relación entre la calidad y el precio. Y si tengo una cosa más que clara es lo que me gusta el estilo del vino de Rioja. Tengo la inmensa suerte de conocer a varios bodegueros que hacen vinos muy peculiares, sorprendentes, tanto por su delicadeza como por lo distintos que son entre ellos. Creo que esa diversidad no se puede encontrar en casi ninguna otra denominación de origen en el mundo. La Rioja es única».

o Diego Urdiales se define como un buen comedor: «Soy una persona bastante equilibrada y racional en casi todo lo que hago y en la comida también. No estoy obsesionado con las dietas por la cuestión de no engordar, pero la realidad es que me sirven ahora perfectamente los vestidos que llevaba hace diez años. El secreto es una buena preparación física y una dieta equilibrada: como de todo y de forma muy variada: las verduras me encantan, igual que las legumbres. Además, con la niña, nos hemos propuesto en casa que coma de todo». Sobre sus costumbres a la hora de comer, el matador confiesa que «procuro comer en casa la mayor parte de los días. Marta, mi mujer, es una gran cocinera que disfruta en los fogones. La verdad es que es una suerte porque a ella le gusta cocinar y además se preocupa por buscar productos de calidad». ¿Carne o pescado? El coletudo no tiene problemas: «Me gusta mucho ambas cosas, nunca he sido reacio al pescado; todo lo contrario. Eso sí, tengo que confesar que una de mis debilidades es el pollo de corral asado en horno de leña. Me encanta». Urdiales asegura que come prácticamente lo mismo ahora que en temporada: «Los días de corrida son muy raros. Tomo plátanos porque tonifican los músculos, y muchas veces, muy poquito más, algo de pasta, quizás».

o Los pimientos, una religión: Cuando entra Diego Urdiales al restaurante Sopitas nadie tiene ninguna duda de cuál va a ser uno de los platos que va a degustar, los pimientos del piquillo caramelizados. Y el torero se sabe la receta: «El secreto reside en que se asan en horno de leña, se gratinan y se pone sal en escamas. ¡Increíbles!»

o Esta entrevista la he publicado en el suplemento de gastronomía de Diario La Rioja y la foto es de Miguel Herreros.

lunes, 12 de septiembre de 2011

SER DIEGO URDIALES

Hay que tener unos atributos muy grandes para encararse con la vida y decirle que vas a aser torero en pleno siglo XXI. Torero. Con todas las de la ley. Nada de dinero por delante, ni de cortar orejas tras faenas sin alma ni razón. Nada de quedarse en paños menores frente a empresarios con poca memoria, ni de dicir no a los toros con más misterio de toda la cabaña brava. Nada de sacar provecho de un apellido cargado de continente pero vacío de contenido, ni de echarse a la carretera para sumar números mediocres en una estadística fría. Torero. Ser torero de verdad en pleno siglo XXI.
Y es que, a fin de cuentas, hace falta tener arrestos suficientes para ser en este mundo como es Diego Urdiales. Porque a ti la vida te tentó con un empleo en una caja de ahorros. Al otro, para conducir el autobús que va de Madrid a Logroño. A ese de más allá le engatusó para que siguiera regentando la mercería familiar. A Diego la vida le puso en las manos una brocha gorda de pintor. La diferencia es que él cogió a la muy pícara y le dijo que sí, que muy bien, que para ir tirando no estaba mal; pero que lo suyo era en realidad sentir en la yema de los dedos el tacto de un capote y de una muleta.
Así estamos tú, el otro, el de más allá e incluso la que firma. Cómodos pensando en el "tendría que haber" mientras Diego lucha a brazo partido por demostrar que nació para ser torero en pleno siglo XXI. Torero con todas las de la ley. De esos a los que les brillan los ojos cuando hablan de toros. De los que se apasionan al comentar la condición de un astado. De los que se rodean de los mejores profesionales para aprender de las palabras, de los gestos y de los silencios. De los que analizan al detalle el tamaño de la muleta. De los que pueden pasarse horas estudiando toques, distancias, terrenos. De los que observan con máxima concentración el comportamiento de cada toro y de cada encaste. De los que disfrutas escuchando y viendo escuchar. Escuchar, con todo lo que eso significa en pleno siglo XXI.
Y mientras tú, el otro, el de más allá, e incluso la abajo firmante citamos a la vida al hilo, Diego se cruza al pitón contrario despacio y con firmeza, conquistando terreno con la honestidad que falta en estos tiempos de pares al violín a toro pasado. Con el espíritu de David se enfrenta al Goliat del mundo de los toros. Tanto en el ruedo como fuera de él. Y no somos pocos los que sabemos que su honda acabará, tarde o temprano, por dar en el blanco. Ya han sido muchas las tardes en las que tú, el otro, el de más allá e incluso la abajo firmante hemos calentado el cemento viendo a Diego diciéndole a la vida que quiere ser torero. Torero de verdad. En pleno siglo XXI.
Artículo publicado por la periodista Covadonga del Peso en el libro de fiestas de la Asocición Taurina el Toril de Alfaro.


sábado, 20 de agosto de 2011

DIEGO URDIALES, EL ANTISISTEMA


Llevo una parte de mi vida escribiendo sobre Diego Urdiales, un torero excelente y un tipo tan serio y tan hondo que me cautivó hace muchos años tanto por la transparencia que destila como ser humano como por el ahínco con el que persigue uno de los sueños más improbables que imaginarse puedan: ser figura del toreo y torear como los ángeles. Diego Urdiales es un personaje muchas veces incomprendido: piensa por sí mismo y toma decisiones inauditas en un mundo en el que casi todos se dejan llevar por el patrón de la dependencia de ese sinfín de intereses que rodea el entramado taurino. Ha sabido decir no cuando otros muchos compañeros asienten con mansedumbre cuestiones intolerables en honorarios, categoría y respeto. Torea grande en el ruedo y se comporta como un señor fuera. Por eso es un antisistema, un ser libre, un verso suelto. Diego Urdiales en un radical en el sentido etimológico del término; es decir que va a la raíz de los asuntos y que no se suele perder por las ramas de las inconsistencias. El martes en Alfaro cuajó el toreo, lo sublimó, lo hizo suyo y se lo regaló a una afición que lo ha mimado y le dio su sitio cuando el resto de las puertas se le habían cerrado porque si no entraba en Madrid no podía torear en La Rioja. La tarde tuvo mil matices y un manojo de sensaciones tan entreveradas, algunas tan sutiles, que cuando Diego estaba toreando y la locura se había instalado en unos tendidos clamorosamente enfebrecidos, a mí me dio por llorar por dentro porque Diego estaba logrando sublimar en el ruedo lo que muy pocos toreros son capaces de hacer. Cumbre en San Sebastián, magnífico en Dax y dramáticamente revelador en Alfaro. Tres tardes de agosto. Tres conmociones y tres arrebatos. ¿Se pueden decir más cosas toreando tan poco?
Artículo publicado por Pablo García Mancha en Diario La rioja
 Diego Urdiales en Dax 15 de Agosto de 2011.

sábado, 13 de agosto de 2011

TOROS DE EL VELLOSINO PARA DONOSTI

En el blog de Menacho, "Objetivo: El toro" se pueden contemplar las fotos de los ejemplares de la ganadería El Vellosino a los que mañana tendrá que enfrentarse el torero riojano en la primera de la Semana Grande donostiarra.


TRES DÍAS DE VERANO

Mientras media España hace acopio de rayos de sol y gotas de mar para rellenar baterías cara a la próxima estación, un hombre que al igual que hombre, por la simple razón del nacimiento, es torero, prepara tres compromisos en tres ferias muy diferentes en las que tiene la obligación de darlo todo. Ya ha triunfado en las tres y si el éxito es difícil, no lo es menos saber mantenerlo.
San Sebastián,  coso de Illumbe, donde por desgracia las cosas no están fáciles para la afición, será el prólogo de la trilogía.
Dax será el reencuentro con los Victorinos. Sufrir, pasar miedo, disfrutar..., quien sabe lo que le tendrá reservado el de Galapagar al bueno de Diego.
Alfaro: su segundo hogar, su afición, sus amigos, su gente... . Impensable defraudar a nadie.
Son tres días, son tres retos y ojalá en vez de tres fueran treinta, pero el hombre que nació torero ahora sólo piensa en torear, en regalar sentimiento y en emocionar a quienes acudan a contemplar la acompasada cadencia de su enjuta figura vestida de luces.